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Ohh, señor, rey de la tristeza, ángel, del dulce dolor; bebe, la hiel de mi boca, blasfema ven y hazme el amor.

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Suburbios parisinos

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Mensaje  Charlotte Miér Dic 03, 2008 3:07 am

La joven caminaba con prisas por las calles que la conducían de camino a su casa. Vivía en un barrio a las afueras de París, en una zona que estaba plagada de prostitutas, drogadictos, mafias y constantes intervenciones policiales, pero se había criado allí, y sabía ya lo que por allí se cocía. Iba inmersa en sus pensamientos, por lo que no vio al tipo que salía de una esquina empuñando una navaja hasta que no estuvo a escasos centímetros de ella.
-Dame todo lo que lleves encima, o te mato. -El tipo no parecía muy cuerdo, tenía barba de tres días y aspecto desaliñado, con ropa sucia y andrajosa.
-N-no tengo nada de valor, ni siquiera llevo bolso. -Contestó la muchacha.
El tipo se acercó más a ella, y la asió de la cintura con sus manos grasientas de uñas llenas de mugre, pero la chica se lo veía venir, por lo que, girándose, dio una patada alta, como había aprendido defensa personal, y cuando el hombre estaba aturdido, volvió a golpearlo con violencia, haciendo que se tambalease. Ella salió corriendo, esquivando los charcos de agua sucia en los que bebían palomas y algún que otro gato callejero, así como los contenedres que iba también sorteando, sin detenerse hasta que llegó a su casa, donde cerró la puerta con alivio y se dejó caer contra ella. Sintió una vibración en el bolsillo. Era su móvil. Descolgó y se llevó el auricular a la oreja.
-Charlotte, soy Mina. -Se escuchaba de fondo mucho ruído. -Estoy con Etian, Emilie y Jean, en la manifestación. Escúchame -se intentaba hacer oir entre la gran multitud que debía haber allí- no creo que vaya a dormir esta noche a casa, acaba de llegar la pasma y aquí hay un jaleo tremendo. Te llamaré luego. Besos. -Colgó.
Charlotte, con el corazón alterado por la carrera, no había soltado ni una sola palabra. Cerró los ojos y dejó caer la cabeza contra la puerta.
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