El jersey de Dante

Ellen no queria desprenderse de el...pero no le quedaba de otra, sinó aun se creeria que era una choriza.
Havian pasado dos dias desde que se lo "quedó" accidentalmente y las calles estaban llenas de nieve.
No mucha, pero la suficiente para que no tuviese muchas ganas de salir.
Además, al dia siguiente havia ido a reunirse con los del grupo otra vez, ya que havia llamado a la manager esa y ya tenia el dinero.
Digamos que tuvo un encontronazo con cierto tipejo malhumorado que le havia demostrado lo bien que sabia usar las muletas.
El caso esque llevaba varios moratones en la cara (aunque el también se havia llevado los suyos) y el dia anterior se lo havia pasado en cama dolorida después de una brutal sesión de "sexo a lo bestia".
Suspiró.
Olió el delicioso perfume del jersey una vez mas y llamó al timbre, a la espera de que le abrieran la puerta.
Esperaba de todo corazón que Dante no estuviera celebrando ninguna otra orgia sangrienta.
O peor aun...que estuviera con su chica.
Estaba nerviosa...la casa esa, con tanto misterio y sitio raro, le ponia los pelos de punta.
"Si te casas con el, un dia será tu casa también" -resonó una vozecilla en su interior.
"No quiero casarme con el" -replicó Ellen
"¿Estas segura?"
No, no lo estaba.
Pero ya iva siendo hora de que dejara de comerse la olla de esa forma...havia venido a devolverle el jersey.
Luego se iria.
E intentaria que el no le viera los tremendos moratones de la cara y de su cuerpo, pues por eso se havia puesto un pasamontañas.

[Ellen parece una terrorista...XD]

Alguien llamaba a la puerta...

Dante se dirigía hacia el salón donde se había desarrollado la fiesta cuando el sonido del antiguo timbre resonó en la casa.

Era pronto, las sirvientas aún dormían despues de la juerga de la noche anterior, y Dante no quería molestarlas, así que él mismo fué a abrir.

En ningún momento sintió el más minimo pudor por ir solo con una bata verde oscura, una de esas batas que parecen una toalla y te dejan bien resguardado del frío en invierno.

Al llegar a la puerta recorrió con los dedos el labrado pomo, acariciando sus formas, y luego giró la llave para desatrancar la puerta.


Cuando el tablón se desplazó, se encontró con lo que, perfectamente, podía ser una figura terrorista...femenina, sin duda.

Dante analizó la situación, intentando escrutar a través del pasamontañas oscuro... Y reconoció los ojos que se escondían tras el.

Una sonrisa ilumnó su cara, y se tapó la boca con la manga, como solía hacer.

-¿Qué te trae por aquí hoy, bella Diva?


Su tono era tentador, pero recatado, como cuando le conoció. Aunque podía distinguir en el un leve cariño que antes no estaba...

Ellen sonrió.
Recorrió el cuerpo de Dante sin recato alguo, fijandose en la bata que llevaba.
Parecia tan calentita...
Se estremeció.
Diantres...si que hacia frio.
-Solo he veido a devolverte el jersey que me prestaste -le dijo con cierto aire abatido.
Le havia cogido cariño al jersey que olia a el.
-Espero no haver interrumpido nada -dijo con el ceño fruncido pensando porque alguien iria en bata aun a esas horas.
Le tendió el jersey dispuesta a irse en cuanto el lo cojiera.

Dante se rascó la nuca bostezando.

-No interrumpes nada, estoy solo y acabo de salir de la cama jajajaj^^ me dirigía a desayunar

Centrando su mirada en los ojos de la chica, ladeó un poco la cabeza y le preguntó.

¿-Umm, no querrías entrar? Hace frío y se preparar tostadas

Dante lo decía completamente orgulloso de si mismo, como si hacer tostadas fuera una hazaña digna de admiración. Y quería compartir sus tostadas con Ellen, aún no entendía por qué...

-Si no deseas quedarte, permíteme que cruze la calle contigo y te acompañe hasta tu puerta, al menos

Ellen se quedó perpleja unos instantes hasta que de repente rompió a reir sonoramente.
-¿En serio sabes haver tostadas?
En su risa, no havia malicia alguna...solo que eso le havia echo gracia.
-Me encantaria desayunar contigo, pero he de reunirme con los el grupo para ensayar -le dijo apoyando la mano en su cara.
Y al notar el tremendo dolor que le causaban los moratones y hematomas cortesia de Joff (no se acordaba de ellos hasta que se los a tocado), lanzó un "¡Au!", que no pudo evitar.
-En fin...he de irme -le dijo rapidamente- Espero que me invites a tostadas otro dia -le giñó un ojo.
Le tendió el jersey, sin saber que allí donde terminaba la manga y comenzaba el guante, se le havia arremangado un poco, dejando a la vista del chico la piel morada de ella.

Dante sonrió ante la broma de Ellen sobre su habilidad de hacer tostadas.

Pero su sonrisa se cortó de cuajo. Oyó perfectamente el "au" y vió la piel amoratada en la muñeca.

Ella intentaba escabullirse, pero Dante la cojió de la espalda de la camisa, sin atreverse a tocar su cuerpo por temor a dañarla, pero sujetándola.

-Entra, por favor-pidió Dante, seriamente.

Arrastró hacia dentro a Ellen y cerró la puerta tras él, luego la guió de la mano, sin apretarla por si tenía moratones, a la cocina, la sentaba en una silla y le quitaba el pasamontañas.


Tenía el aspecto de una ama de casa apaleada...

Dante se descontroló por un momento, mordiéndose el labio inferior haciéndolo sangrar... por su culpa...ella había recibido una paliza, sin duda de Joff, ese bastardo hijo de perra.

Él solo tenía dos cortes en el labio, pero a ella la había apalizado behementemente.

Dante pasó las llemas de los dedos como había hecho hacía dos días, tan suave que practicamente era como la brisa nocturna. La chica se estremeció.

-Un momento

Dante fué hacia un armario y tomó un par de botes, con tiritas.

Se sentó frente a Ellen, dejando las cosas en la mesa que tenían al lado y abrió uno de los botes, dejando caer en un vasito que había en la mesan un líquido transparente con algunas ramitas secas flotando. Tenía un fuerte olor.

Dante mojó la punta de una gasa en el líquido y se lo pasó a Ellen por los moratones, delicadamente.

Es árnica-explicó mientras le pedía con un gesto que le enseñase los demás moratones-hará que mañana no haya moratones, no te preocupes. Además aliviará tu dolor...-bajando la voz a la vez que la cabeza susurró-lo siento...fué mi culpa...


Mientras curaba a Ellen, Dante sintió dolor en su propio pecho...ese estúpido no saldría de esta tan sano como de la anterior...

Al final havia sucedido lo que Ellen havia temido.
Dante havia descubierto los moratones de su cuerpo y la hizo entrar.
Le puso dulcemente un unguento raro que según el se llamaba árnica.
Y entonces se disculpó.
-Ey -Ellen no savia como reaccionar- No te preocupes -se encogió de hombros- Joff y yo siempre estamos asi -le sonrió.
El le pidió con un gesto que que le enseñara el resto de los moratones, a lo que ella, se quitó el jersey que llevaba quedandose en sujetador.
Tenia marcas por todo el cuerpo.
-¿Quieres que me quite también los pantalones? -le dijo medio en broma medio en serio.
Se fijó en el labio de el, que sangraba.
Se acercó poco a poco, cerrando mlos ojos y lamió dulcemente su sangre.
-Será mejor que te pongas algo en el labio tu también -le dijo mirandolo directamente a los ojos.

Dante alzó la cabeza no muy convencido...

-¿Y te gusta estar así siempre?

Rapidamente negó con la mano.

-No hace falta que respondas, no son mis asuntos

Cuando la chica se quitó el jersey, dejand ver un pequeño sujetador para unos pechos demasiado grandes(en comparacion xd)que dejaban poco a la imaginación, Dante siguió pasando la gasa por el cuerpo de la chica, de morado en morado.

-Quítatelos solo si quieres que se vallan rápido, si no, siempre te queda esperar jajaja

La risa suave y cristalina de Dante se elevó por la cocina, como campanadas de una iglesia distante...


Se relamió el labio cuando ella le pasó la lengua por él.

-para eso traje esto-Dijo señalando las tiritas.

El chico abrió la caja y se puso una en el labio, y otra en la mejilla de la chica, dandole un aspecto un poco macarra...

Las tiritas eran blancas sin dibujos...

Ellen pensó un momento si se quitaria los pantalones, momento en el cual, Dante le puso la tirita.
Ella sonrió y lo miró.
Ahora mas que un pijo pareces un gamberro.
Después se puso de pie y lentamente se quitó los pantalones.
La verdad, esque le jodia mucho no poder sentarse a gusto así que.
Se sonrojó violentamente y dejó a la vista sus piernas, llenas de moratones y de cortes (esque hacerlo de rodillas sobre un suelo irregular...es lo que tiene T_T).
Un par de cortes algo mas profundos, que parecian echos a proposito, subian desde los tobillos de la chica hasta las ingles.
-Um...¿Ya te va bien ponerme la cosa esa aquí? No hace falta que te molestes...si quieres puedo ponerme yo misma -le dijo.
La verdad...le daba verguenza imaginarse a Dante poniendole tan suavemente el unguento se por sus piernas y sus muslos. O//O

Antes de que la chica pudiera reaccionar, Dante había colocado uno de sus tobillos sobre su hombro, haciendo que la chica se recostara un poco en la silla.
Suave y concienzudamente, pasó la gasa por cada uno de los moratones, y luego volvió a mojarla en el vaso para pasarlo por el corte. Escocía.

-No me importa acabar de curarte-dijo Dante sin desviar la vista de los ojos de la chica ni un momento.

Vajó la mirada de nuevo hacia la pierna y acabó de pasarle la suave gasa muy cerca de la unión de las piernas de la chica...porque el corte era largo...

Ellen cerró los ojos avergonzada, mientras sentia como el le pasaba la gasa a lo largo del corte.
Menudo panorama...ella, que parecia salida de un combate de Smash down y en ropa interior, recostada en una silla de la cocina y con el tobilloen el hobro de el.
Sintió que en el corte, la cosa esa, escozia un poco.
Se mordió el labio, pero no dijo nada.
En cuanto el acabó ella se lo quedó mirando a los ojos fijamente.
-Gra...gracias -dijo sonrojada.
Maldito pijo...que siempre acabara haciendole ponerse roja...

Dante sonrió ante el sonrojo de la chica y tomó la otra pierna, bajando la que acababa de curar.

Siguió el mismo procedimiento, solo que esta vez, al acabar, besó una parte sana de la pierna y sonrió.

-Listo^^

Entonces se dió cuenta de lo delicado de la situacion.

Él; arrodillado en le suelo con la cara muy cerca de la entrepierna de ella(ojo, él mira los ojos de EllenXD)con solo una bata que se había abierto bastante por arriba debido al movimiento, ella, medio recostada en una silla de cocina semi desnuda, solo con su ropa inerior, sonrojada y recién curada...


Podía dar que malpensar, por supuesto...

Ellen miró sin poderlo evitar, al bien formado cuerpo de el.
Su mente comenzó a enviarle (con imagenes y todo...XD) unas cuantas ideas para animar el momento.
Y ella, sonrojandose aun mas, se levantó rapidamente, y comenzó a vestirse, lanzandole timidas miradas de vez en cuando.
Además, se estaba retrasando y los del grupo comenzarian a impacientarse.

Dante dejó que ella se pusiera los pantalones, pero cuando iba a ponerse el jersey, el chico se acercó a ella y la rodeó con los brazos.

-Te he hechado de menos, diva...-Susurró a su oído, como la otra noche.

Sin decir más besó el cuello de Ellen dejando una marca roja, donde el pelo podía taparla, para luego pasar la lengua por él y desplazarla por el filo de su barbilla hasta subir y rozar los carnosos labios.

Entonces la besó, dulcemente como solo él la había besado y sus brazos la envolvieron un poco más, evitando que sintiera frío...

Dante olía sin ropa exactamente igual que el jersey, solo que con un toque mas...personal...

Ellen se sorprendió ante lo que Dante hizo, pero no le molestó en absoluto.
Se sentia bien entre los brazos de Dante.
Nunca havia experimentado tal dulzura, ni siquiera en sus padres, así que se dejó llevar.
demás...olia tan bien.
Por un momento se olvidó que tenia que irse, y que el hombre que la tenia antre sus brazos era un pijo de los que ella destaba.
Suspiró.
Sonrojada le pasó los brazos alrededor del cuello.
No queria que ese momento acabase nunca.

Dante aprobechó que ella le rodeaba el cuello con los brazos para elevarla en el aire y sentarla en la cálida encimera, quedando así los dos a la misma altura.

Sus labios recorrieron la boca de Ellen, comiéndosela entera, su lengua se internó entre los blancos dientes de la chica, rozando la cavidad de Ellen, suavemente.

Entonces con una mano, comenzó a acariciarle el cabello a la joven, mientras que con la otra la tapaba con su bata.

Sus ojos no se cerraban ni un momento, sin despegarse de los de Ellen, manteniendo en todo momento el contacto visual...

Ellen tenia los ojos cerrados.
Sabia que si los abria se encontraria con los ojos de el.
Podia sentirlos...casi abrasadores.
Que una cosa era follar por necesidad y meterse el lote porque si.
La otra, muy diferente, es besarse con alguien que le lleva las sensaciones al limite, despertandole algunas que ni sabia que podia sentir.
Por eso siguió con ese hermoso beso, aun cuando el la elevó hasta la encimera de la cocina.
Pudo notar como le acariciaba el pelo, de una forma tan suave y delicada como nunca nadie lo habia echo antes.
Se apretó mas contra el, sintiendo su calor.
El la tapó con su bata, por lo que ahora quedaban piel contra piel.
Ella comenzó a acariciar su suave cabello, sin duda, muy bien cuidado sintiendo que, desgraciadamente, necesitaba respirar, por lo que tuvo que cortar ese beso con un jadeo entrecortado.
Entonces abrió los ojos lentamente para encontrarse con los de Dante.
Sus mejillas estaban teñidas de escarlata (bueno, a parte de los moratones y eso...XD)
Y entonces ella le sonrió dulcemente y lo abrazó, apoyando su cara en su hombro, oliendolo y sintiendolo junto a ella.
-Um...si sigues así quiz´hasta considere tu extraña oferta -le dijo suspirando.
Aunque tenia la leve sospecha de que eso era alguna especie de estrategia para que acabara casandose con el.

Dante notaba el ardor del cuerpo de la chica, pero lo dominaba una agradable y cálida sensación que salía de su propio pecho

"¿Qué es esto?"- se preguntó...


Entonces ella abrió los ojos y sus miradas se cruzaron...

Entonces supo que estaba hecho a la medida de ella, y que no podría sobrevivir sin esa preciosa y dulce mirada...

-No quiero que te cases conmigo solo por interés-susurró Dante con voz ronca, sin dejar de acariciar el pelo de la chica, que ahora, apollada en su hombro, le acariciaba con su tibio aliento.

Los cabellos de la chica acariciaban su torso desnudo produciéndole sensaciones desconocidas.

Una cosa era sexo, y otra cosa era...esto...¿Qué era esto?

Aún no ssabía como había hecho para que esa chica, que odiaba a los pijos, estubiera tan agradable con él....


En ese momento la radio saltó, con la alarma, y comenzó a sonar...

[Jo tiooo adoro esa cancion T_T ]

Ellen escuchó las palabras de Dante mientras su corazon dava un vuelco.
¿Alegria?
Uf...se sentia extrañamente feliz entre los brazos de el.
Y entonces la radio comenzó a sonar.
Ellen sonrí al escuchar la cancion.
Dios, si esque parecia puesta a proposito.
Ella, que teoricamente odiaba a los pijos en general, no podia dejar de pensar en Dante...un pijo.
Lo havia intentado desde hacia dos dias...pero acababa volviendo a abrazar el jersey de el sin remedio.
Le costaba tanto olvidarlo...
Comenzó a cantar la cancion suavemente a la vez que sonaba en la radio.
Luego, en cuanto la cancion acabó, su voz se perdió junto con los ultimos acordes de esta.
Y su ojos se llenaron de lagrimas.
Abrazó mas fuerte a Dante y hundió su cara en el cuello de el.


[Mi antipijos se a emocionao, leñes T_T
K momento mas bonito ]

Dante escuchó deslumbrado la terciopelosa voz de Ellen entonando las notas de Me cuesta tanto olvidarte...

Esa voz no era de una chica que no llegaba a la veintena, era la voz de un ángel personificado. Dante la abrazó firme, pero dulcemente mientras la chica cantaba en voz baja, y cuando acabó y enterró la cabeza en su hombro, el chico la estrechó oliendo su pelo, susurrando palabras a su oído.

-Te he estado buscando todo este tiempo, diva mía, todos estos años...solo a ti

Dante dejó en el aire sus extrañas palabras, sin soltar a la chica, lágrimas rodaban por sus mejillas, silenciosas...

Ellen se separó lentamente de el y lo miró a los ojos.
Que extrañas pero hermosas palabras acababa de decir Dante.
Le acarició las mejillas con suavidad, llevandose las lagrimas de el.
-¿Que sucede? -le dijo en un susurro.
No entendia porque Dante lloraba...aunque la vision le pareció hermosa y tierna.

Dante solo sonrió y se secó las lágrimas con la manga, quitándole importancia.

-Nada, Diva mía, solo que hacía mucho tiempo que no me sentía así..si alguna vez sentí esto

Bajó la mirada por su cuello viendo el bonito cuerpo de Ellen, rematado por el colgante que siempre llevaba. Pasó sus dedos por los finos dibujos un rato, y luego cojió en brazos de nuevo a Ellen.

-Creo que la cocina no es el lugar correcto para dialogar jajaj-Explicó Dante llevándole a una pequeña salita cercana, con un sofa y varios sillones.

Se sentó en el sofá, con Ellen sobre sus rodillas y la mirada del chicó se cruzó con la de Ellen una vez mas.

-Deberías escribir canciones de amor...las cantas muy bien, como si pusieras tu alma en ellas...

Ellen sonrió amargamente.
-Bueno...supongo que bajo esta fachada de "tipa dura"-dijo encogiendose de hombros- Namás hay una chica corriente que desea encontrar a alguien con quien compartir...la vida, el arte, la musica...llamalo como quieras...para mi viene a ser mas o menos lo mismo.
Se acurrucó en el regazo de el.
-Aunque prefiero seguir siendo una borde macarra de cara al mundo...-murmuró- Asi que por eso no escribo canciones de amor....además de que no tengo mucha experiencia en eso -admitió.
Se llevó la mano al colgante, el cual abrió y la nana comenzó a sonar por la estancia.
Pasó los ojos por la salita.
"La verdad esque hay que reconocer que Dante tiene buen gusto para la decoración" -pensó Ellen.
Sus ojos se posaron sobre un cuadro.
Recordó que le havia oido comentar que el pintaba.
-Um...a veces me gusta pintar....una vez, cuando tenia 6 años, mi padre me hizo falsificar varios cuadros. Luego los vendió y se sacó una buena pasta -sonrió- Como recompensa me enviaron de viaje lejos una buena temporada...por si se me escapaba algo.
Luego posó sus ojos en los de Dante y le dió un suave beso en la mejilla.

Dante rió ante la anécdota e hizo memoria para contarle alguna. Pero recordó que no tenía nada que contar...

-Pues...yo creo que así estás bien^^, no tienes que cambiar por mas que nadie te lo diga jajajaj


(Perdon el post corto, me voy a Galicia y puede que no pueda postear hasta el lunes que viene^^ sorryXD)

[Tranquilo ^^ Espero que te lo pases genial! ]

Ellen meditó las palabras de Dante.
El tenia razón.
El reloj comenzó a sonar, rompiendo la magia del momento.
-O, no! -murmuró con un sobresalto- He de irme...me esperan para ensayar y no me gustaria cabrear a Joff otra vez -murmuró.

[El mio tambienes cortito XD]