Residencia Smith

En cuanto Ellen llegó al local en donde ensayaba con su grupo, supo que algo no iva bien.
Una de sus compañeras, se acercó a ella pero antes de que pudiera hablar, un fuerte golpe la dejó sin sentido.
Cuando abrió los ojos, se encontraba en la parte de atrás de una furgoneta.
-¿Joff?
El aludido, respondió con un gruñido.
-¿Que pasa? ¿Donde vamos? ¿Y porque coño me as zurrado?
-Para que dejes de hacer preguntas, zorra estupida.
Ellen se calló...no queria hacer cabrear a Joff mas de lo que parecia estar ya.
Las horas pasaron, y la furgoneta parecia que no iva a detenerse nunca.
Pero lo hizo.
Esa noche Joff y ella, durmieron en un colchón, dentro de la furgoneta...nada mas salieron un momento para ir al servicio, y al dia siguiente, un tipo que ella nunca havia visto, les trajo un desayuno frio y no muy sabroso.
-Nos vamos a las vegas -le dijo Joff cuando ella volvió a preguntarle por su destino.
Un rato después, Joff le inyectó algo, sin que ella se enterara casi...hasta que un pesado sueño se apoderó de ella y cayó dormida al instante...
Durante una temporada, su vida consistió en dormir, comer y salir un par de vezes al dia de la furgoneta.
Luego, el avión...para volver a comenzar en cuanto aterrizaron
Un dia se despertó en una habitación de hotel.
-¿Joff?
-Hola Ellen -le sonrió.
La alarma se encendió en su mente...eso havia sonado demasiado...suave.
-Um...¿piensas decirme ya que es lo que ha pasado y porque estamos aquí?
El, se encogió de hombros.
-Digamos que me metí en un buen problema y temia que me hicieran daño...o a ti, por eso te he traido conmigo.
Ellen no lo creyó, pero tampoco le dijo nada.
-Alegrate cariño...ahora somos marido y mujer...hasta que la muerte nos separe -dijo con una macabra sonrisa.
La respiración se le cortó a Ellen cuando el le entregó unos documentos en los que constaba que se havian casado hacia unas horas...y abajo estaba su firma.
Aunque el alivio la embargó cuando vió, en letra pequeña que ese matrimonio solo era valido allí en las vegas.
Eso, si...el parecia no haverse enterado...y ella no se lo pensaba decir.
Ahora estaba con Joff, le gustase o no, y mientras siguieran en Las Vegas, estaban casados.
Unos toques en la puerta la distrajeron
Joff salió a hablar con un tipo y en cuanto volvió le dijo a Ellen que tendrian que estarse un tiempo haciendo unas cosillas, y después volverian.
Ellen lo creyó...pero la verdad fué mucho mas dura.
Dos años tardarian en regresar...dos años en los que Ellen y Joff se dedicaron al trafico y contrabando de drogas.
Ellen se tuvo que acostar con un montón de hombres...era preferible eso a las tremendas palizas a la que la sometia Joff cada dos por tres.
El, por su parte, comenzó a beber y a consumir drogas...cosa que mas de una vez, tenia que arreglar ella haciendo algun que otro favor, a cambio de que no los matasen.
Una mañana se enteró de que estaba embarazada...no duró mas de un mes en perderlo.
La mala vida, fué pasando mella en los dos.
Joff, perdió el atractivo juvenil, para adoptar toda la pinta de un narcotraficante estirado.
Se cortó el pelo, se quitó los piercings y cambió su ropa informal por trajes de etiqueta.
Ella comenzó a adelgazar, sus ojos se rodearon de unas ojeras permanentes y adoptaron un aire triste y resignado.
Cuanto mas tiempo pasaba, mas olvidaba Ellen todo lo que havia perdido.
Hacia tiempo ya que havia perdido la esperanza de que alguien la buscara y la "rescatara" de ese infierno.
Ya ni siquiera pensaba en cierto pijo al que...se podria decir, que havia llegado a amar...un poquito.
Casi dos años después de haver comenzado esta nueva vida, si esque a eso se le llamaba vida, una noticia recorrió las televisiones del país.
Los señores Smith, sus padres, havian muerto misteriosamente en un accidente de helicoptero mientras sobrevolaban las islas galapagos.
¿Que hacian allí, en esas islas?
Probablemente veraneaban, sin pensar ni un momento en donde estaria ella.
No le dió importancia...hasta que Joff volvió y le ordenó que se vistiera...regresaban a casa, en donde ella tenia que reclamar su herencia.
Y claro, el, su querido "marido" la acompañaria...aunque iria mas tarde, pues tenia asuntos que atender.
Asi fué como Ellen regresó a su casa...después de haver desaparecido tanto tiempo.
Todo parecia igual que cuando ella se marchó...salvo por unos carteles con su foto, desparramados en la mesita del despacho de su padre.
Ellen lloró cuando entendió que siempre la havian estado buscando...la havian amado...a su manera...
Mas tarde, ese mismo dia, descubriria que si se encontraban en esas islas, es porque les havian dicho que ella estaba allí...alguien havia utilizado su desaparición para matarlos.

Por su parte, Dante comenzó a preocuparse por la chica en cuanto pasó una semana entera sin noticias de ella.
Se dirigió al lugar donde sabia que ensayaba con su grupo...para encontrarselo vacio.
Llamadas, detectives privados, policias de la brigada de desapariciones...Dante no escatimó ni tiempo ni dinero para encontrar a su prometida, pero por mas que buscaron no encontraron nada...era como si la tierra se la huviese tragado.
Los policias comenzaron a retirarse a los tres meses de busqueda infructuosa.
Los detectives siguieron a sus ordenes mientras el estubo dispuesto a seguir pagando.
AL final, los despachó a todos cuando regresó del quinto lugar donde segun ellos, se encontraba la chica...
Se confinó en su mansión, sin saber que era lo que le ocurria...sin saber porque su corazon se negaba a dejar de llorar por ella.
Dos largos años pasaron para el.
Nunca pudo olvidarla...
Su mente le decia que ella estaba muerta, pero Dante no solia hacerle mucho caso.
Y entonces se enteró de la muerte de los señores Smith.
Poco después, una noche, al pasar por una ventana, vislumbró luz en la, teoricamente casa vacia de los Smith...


[Espero que te guste...XD Si quieres añadir algo...tu mismo...XD]

Dante se quedó fijamente mirando la luz, hasta que esta se apagó.

Dos horas después, seguía mirando, donde antes había luz, que se había extinguido, sin envargo, la llama de su corazón se había encendido aún más.

Dante pensaba que no podría volver a soportar otra vez eso, el dolor de estar solo y no saber donde está la persona querido, pero lo peor, no poder descubrirlo, de ninguna manera.

Pero lo había hecho, no había dormido una noche entera...


Y esa noche, volvía a haber luz...




Dante pestañeó, sus irritados y rojos ojos estaban llorosos, y el aire que entró por la ventana cuando el chico la rompió y corrió hacia la casa de al lado no ayudaba, pero se frotó la cara y siguió corriendo.

Gimiendo por el dolor, se acercó rápidamente hacia la puerta trasera y la rompió de una patada, entrando.

Un CD sonaba en la planta de arriba... no, era una canción... suave,melódica...su nana.


DAnte se llevó una mano al bolsillo del pantalón y sacó la pistola silenciada que siempre llevaba con el desde que un atentado había hecho peligrar su vida, y subió rapidamente las escaleras.

La melodía procedía de una sala lateral, a la que Dante se enbarcó sin parar a mirar nada.


Bum.

El corazón de Dante dejó de latir...

Calló al suelo de rodillas, mientras lágrimas amargas rodaban por sus mejillas.

Alguien había dejado abierto un colgante sobre una mesa...

Era el colgante de Ellen...

Pero nadie había en la habitación.


Bum bum


Si Dante había conseguido mantenerse cuerdo, ese fué el momento en que perdió la cabeza definitivamente...

Bum.........bum


Sus latidos cade vez eran mas lejanos.

Bum.........................bum



Dante calló desmallado al suelo, y en su último momento de lucidez, le pareció que alguien se levantaba de una mecedora que estaba de espaldas a él y el sonido de una taza que caía.

Bum..........


Bum.........


Bum.........


..............



El corazón de Dante se paró en ese instante, matándole para siempre....

Un ruido a sus espaldas la despertó de su adormilamiento.
La taza de café, ya frio, cayó en el suelo...partiendose en trozos...al igual que se encontraba desde hacia tiempo, su gelido corazon.
Y cuando vió allí a Dante, tirado en el suelo...
Corrió hacia su lado.
Parecia que su corazón se havia parado.
No perdió tiempo en contemplaciones estupidas...ya abria tiempo para eso después, cuando el estubiera "otra vez" vivo.
Tumbó a Dante de espaldas, sin moverlo del sitio...no havia tiempo.
Estiró sus brazos sobre el.
Abrió su ropa de una forma salvaje y rapida...localizó el hueso del esternón y bajó hacia su tercio inferior.
Allí colocó sus manos entrelazadas y comenzó a ejecutar las compresiones, para que la sangre volviera a correr por el cuerpo de el.
Cada 80 compresiones, paraba el tiempo justo para hacerle entrar aire por la boca...la sangre tenia que oxigenarse.
Y así siguió unos instantes que a ella se le hicieron eternos, hasta que notó como su corazón volvia a latir...al principio algo lento, pero poco a poco, recuperó la velozidad normal que deberia tener.
Se dejó caer hacia atrás, palida y extenuada.
Pensó en llevarlo a alguna cama, pero por el momento no habia mirado como estaban las camas...y además, ella no podria con el a menos que no lo fuera arrastrando...cosa que prefirió no hacer.
Se levantó y se dirigió a una habitación cercana, en donde arrastró un colchón hasta la salita, acomodando a Dante en el como pudo.
En unos momentos lo tuvo instalado en un lecho imporvisado.
Ella limpió el café desparramado y se sentó otra vez en el sillón...sin ser muy consciente de todo lo ocurrido a su alrededor...en esos momentos, todo le parecia una especie de sueño macabro y raro.
La nana siguió sonando.

Dante abrió los ojos inyectados en sangre y vió a Ellen sentada a su lado.

Su corazón, recien despertado, dió un vuelco y la sangre fluyó rápida hacia los músculos estimulándolos para la rápida respuesta.

Dante calló sobre Ellen, deribándola contra el colchón besandola con pasion, con los ojos cerrados y una mano enterrada en su pelo y la otra apretando el cuerpo de la chica con el suyo.

-¿Dónde has estado?-preguntó Dante sin dejar de besarla, pero al momento ignoró su propia pregunta para seguir besándola, acariciándola, susurrandole palabras de amor

Ellen tardó unos instantes en reaccionar.
Dejó que el la besara y escuchó de sus labios palabras que jamás pensó que nadie le diria jamás.
Se quedó quieta hasta que el fué parando el ritmo frenetico de sus besos.
Se escapó de su abrazo suavemente y lo miró fijamente.
Recorrió la cara de el con sus manos, lentamente...cercionandose de que realmente el, estaba allí.
-Dante -le susurró con una voz ronca.
Las lagrimas comenzaron a brotar de sus castigados ojos.
-Pensé que no volveria a verte -sollozó tapandose la cara con las manos.
Acto seguido se levantó rapidamente y salió de la estancia corriendo, para ir a encerrarse en un baño al final del pasillo.
No queria que el la viera así, tan dejada, tan llorica.
Tenia que reconstruir su mascara de chica dura de antes como fuera...pero no supo si seria capaz.

Dante miró confuso como Ellen corría hacia el baño. Sin esperar un momento, la siguió poniendo el pié el el reverso de la puerta impidiendo que se cerrara, abriéndola con suavidad.

La niña de la que se había enamorado lloraba angustiadamente sentada en el vater.

-Amor mío...-Dante se arrodilló frente a ella, las rodillas le dolían por el golpe de antes, pero no le importó, y cojió el rostro de la chica entre sus manos, alzandolo hacia el suyo. En ese momento vió las ojeras, los ojos enrojecidos, la piel chupada y las pupilas dilatadas-¿Qué te han...?

La chiquilla se removió violentamente alejándose de Dante, llorando y gritando que se apartara, que se fuera.

Dante se levantó y la acorraló contra la pared.

Las manos de Dante se deslizaron sobre la delgada carne del vientre y las chupadas costillas.

-Mi niña...-susurró, tomándola fuertemente entre sus brazos, dejándo que le arañase y le mordiere tanto como gustase.-Chssss, yo estoy contigo, todo saldrá bien...shhhh

Ellen se devatió con uñas y dientes, hasta que poco a poco se fué calmando, sin dejar de llorar.
No pudo mas que abrazarse a Dante con las fuerzas que aun le quedaban y sollozar largo rato hasta que su garganta reseca se negó a omitir sonido alguno.
Se separó de el, y se dirigió al lavamanos, en donde se lavó la cara.
Respiró hondo un momento, antes de girarse y mirar a Dante, esta vez a los ojos.
-No deverias haverte levantado, pijo idiota -le dijo sin malicia alguna, mas bien intentando hacer una broma- A ver si te va a dar otro patatús.
Con paso decidido, lo cogió de la mano, y lo llevó hasta la sala, en donde le hizo tumbarse en la improbisada cama.
-Ahora deves descansar -le dijo con cierto aire mandón.
Le sonrió.
Después de dos años, sonrió sinceramente otra vez.
-Mañana abrá tiempo de sobras para hablar de lo que quieras.
Se levantó para irse a acomodar en el sillón.

Dante gimió y tomó la mano de Ellen que se alejaba.

-No...quedate conmigo...

Ellen lo miró.
Hacia tanto que no dormia con alguien porque ella queria, que se le haria raro.
Pero se estiró a su lado, apretandose contra el cuerpo de el, bajo las mantas.
Si eso era un sueño, no queria despertarse jamás.
Pero el cansancio del viaje, la tristeza, y todo lo que habia pasado ultimamente, hicieron que se durmiera demasiado deprisa para su gusto.
Pero no pudo evitarlo...con el se sentia tan segura...

Dante despertó a la mañana siguiente con un fuerte dolor de cabeza.

Había dos opciones.

1º Se había pillado otra borrachera de coma etílico como en sus otros fracasos y la noche anterior había vuelto de otro supuesto emplazamiento de su amada.

2º De veras la había encontrado y por primera vez en dos años había dormido toda la noche...


Sintió el pecho de la chica que se elevaba contra el suyo lentamente.

Optó por la segunda opción.


Sonriendo más que nunca en lo que su memoria recogía, Dante abrazó suavemente a la chica.



Al poco rato ella abrió los ojos. Al parecer a ella le pasaba lo mismo.

Dante no quiso levantarse, prefirió mirarla a los ojos y deslizar sus manos acariciando el cuerpo de la chica por debajo de sus ropas, transfiriéndole sin palabras mil sentimientos, y lo mucho que la había hechado de menos.

Sus manos se deslizaban por todo su cuerpo sin pudor alguno...

Cuando abrió los ojos, se encontró con los de Dante.
Por un momento havia temido despertarse y encontrarse con alguno de los tipos con los que se havia acostado...o peor aun, con Joff.
Pero no, aí estaba su Dante.
Sintió como las manos de el se deslizavan por su cuerpo, acariziandola por todos los rincones.
No sintió verguenza, ni miedo...sentia...felizidad.
Que sentimiento mas extraño!
Se sentia bien, sintiendole con ella.
Lo vió tan desmejorado...¿que le habria pasado?
No apartó la mirada de sus ojos cuando ella comenzó a acariziarlo también.
Sintió como su respiración se aceleraba.
Exploró con sus manos, durante largo rato, el cuerpo del chico.
No queria olvidarlo nunca...queria conocerselo de memoria.
Acercó su cara a la de el y le besó, con todas las palabras contenidas que jamás le havia dicho y que por el momento, no podia decirle.

-Ellen...-suspiró Dante ante el contacto de los labios de la chica-Ellen...Ellen

Pronunciaba el nombre con sumo amor, casi con devoción. Ya lo había dado todo por ella, ahora no se podía sentir más feliz que entre sus brazos.

Sin separar un centímetro sus labios, Dante sentó a Ellen sobre sus piernas, dejando que ésta le rodeara la cintura, sin dejar ni un milímetro de separación, nada que se interpusiera entre sus dos cuerpos. Y la ropa molestaba en ese momento.

Dante se quitó la camisa de un tirón y subió la camiseta de la chica sacándosela sobre la cabeza.

Al fin sus dos ardientes pieles se tocaran, como si cada átomo de piel en contacto con el cuerpo del otro fueran otros labios que se besaban, otra caricia, otro sentimiento.

Besando la comisura de la boca de Ellen, el joven bohemio consiguió salir de su boca para deslizarse hasta la mejilla, bajando luego al menton y fluyendo hasta el cuello, donde se puso a besar y a pasar la lengua la hondonada del cuerpo de la mujer que había desaparecido de su vida sin dejar rastro alguno...

Después de tanto tiempo, ella volvia a sentirse viva otra vez.
Dejando a un lado todo lo que havia pasado en estos ultimos años se entregó a aquellos besos, a aquellas caricias, en cuerpo y alma.
Escuchó su nombre salir de los labios de el de una forma tan hermosa como nunca havia pensado que la nombrarian jamás.
Cuando sus pieles se tocaron, una ola de calor la recorrió de pies a cabeza, haciendo que se estremeciese de puro deseo.
-Dante -murmuró tiernamente, acariciando suavemente el pelo de el.
Bajó sus manos por la espalda de Dante, acariciandola, luego pasó a los firmes musculos del pecho del joven.
-O, Dante...-le besó el cabello.
Bajó sus manos a la cintura de el y tras unos instantes de jugeteo con el bode de los pantalones de el, se los desabrochó, buscando la boca de el con necesidad.
Luego se las bajo un poco...

Despegó la boca de su cuello para responder a los labios de Ellen, que buscaban su boca con deseo.

Dante bajó sus manos acariciando los costados de la chica hasta llegar a sus piernas, donde pasó sus manos por la suave superficie sin parar de besarla. Su lengua se internó en la boca de la atormentada joven, enroscándose con la de ella, en un beso que sería dificil romper.

Mientras tanto, sus manos seguían acariciándola, de los tobillos a la cadera.

Se separó para tomar aire y susurrar en el oido de la chica.
-Yo nunca más te dejaré escapar, estaremos juntos, siempre

Entonces delizó las manos por el interior del pantalon corto de la chica, acariciando sus nalgas, disfrutando de su exquisita textura.

Ella le había bajado un poco el pantalón, y sentada como estaba podía notar su excitación sin lugar a dudas.

También él podía sentir el calor y la humedad con sus manos, que se internaron más adentro del pantalón hasta llegar a la entrepierna de la chica, el foco de la húmeda calidez.

Con dedos suaves, acarició lentamente la ropa interior de la chica, probocando un gemido en esta...

Sabia que no debia ivolucrarse con el otra vez...pero todos los pensamientos quedaron atrás cuando notó esa intima caricia por parte de Dante.
Un gemido se le escapó de los labios.
Y de repente, todala excitación que intentaba contener, estalló.
Movió las caderas para notar aun mas esa caricia y sus manos, dejaron los pantalones de el y una de ellas, traviesa, se metió por sus calzoncillos y se puso a acariciarlo con suavidad.
Su boca se separó de la de el y fué bajando por su cuello, para llegar al pecho, en donde se entretuvo jugeteando con la lengua un rato.
Se separó de el, lanzandole una mirada jugetona y bajó hasta quedar entre las piernas del chico, en donde, después de liberar el miembro del chico de la tortura a la que llevabun rato sometido dentro de los pantalones, lo cogió y comenzó a acariciarlo con su lengua.

Dante arqueó la espalda y soltó un gemido cuando la chica comenzó a acariciarle con su boca. La excitación era tal que dolía en cada palpitación, pero a la vez le llenaba de placer con cada roce.

Hundió una mano en el cabello de Ellen, acompañándola en el movimiento, y hechó la suya hacia atrás, suspirando y gimiendo por igual.

Al poco rato se dió cuenta de que si seguía así acabarían muy pronto y rodeó a la chica por la cintura alzándola y tumbándola en la cama.

Se alzó a su lado y comenzó a besarla sin separar la mano del lugar que había tomado bajo los pantalones de la chica, solo que esta vez apartó las bragas y acaricó su carne directamente, degustando el calor y la falta de fricción por la mojada entrepierna de la chica.

Entonces hundió un dedo en su interior, suavemente, y se dió cuenta que era lo más suave que jamás había tocado.

Sin separa la mano de la chica, se inclinó sobre ella para besarla y acabar de bajarle el pantalón...

Ellen podia sentir el vaivén del dedo de Dante en su interiór.
Y cuando Dante acabó de bajarle el pantalón, ella misma, acabó de quitarselos con un rusco movimiento de sus piernas, lanzandolos por donde quiera que cayesen.
Pasó sus piernas alrededor de la cintura de el, haciendo que ese dedo que la estaba volviendo loca, penetrara aun mas.
Separó sus bocas y eterró su cara en el cuello de el, inalando su aroma.
Besó suavemente la oreja de el, y por primera vez en su vida, dijo:
-Hazme el amor.

Dante pareció volverse loco con esas tres palabras. Nunca, en boca de nadie, le habían sonado igual.

-Como desees

Con un giro de muñeca Dante sacó el dedo de la entrepierna de la chica y se colocó sobre ella.

Lentamente comenzó a entrar en ella a la vez que sus labios se unían una vez mas, suspirando, gimiendo, con dulces y excitantes sonidos.

Dante entró poco a poco, probablemente nunca nadie había hecho a Ellen el amor de esa manera, por eso queria que lo disfrutase al máximo.

Disfrutando de cada roce, de cada caricia, de la total superficie de la piel de la chica, Dante la penetró completamente, y cuando la chica alzó la cabeza con un grito de placer, él aprobechó para besarlo, con amor y lujuria mezcladas en un cóctel irresistible...

Era la forma mas dulce de hacer el amor que Ellen havia experimentado jamás.
Acostumbrada a las salvajes embestidas de Joff, a los extraños juegos de los adinerados tipos con los que se habia tenido que acostar, ahora,con la tierna forma de penetrarla de el, le pareció que estaba en el cielo.
Sus labios la devoravn con pasion y ella les correspondia de igual forma.
Entrelazó su lengua con la de el, en una danza caotica que la dejó sin aliento.
Los gemidos que escapaban de su boca se intensificaron y las manos apretaron con fuerza, la espalda de el, casi arañandole.
-No pares... -gimió- Dante...
Su nombre se perdió en un gemido sensual, cargado con todo el placer que el le dava.

Dante la abrazó, sintiéndola entre sus brazos, acoplándose a cada curva del cuerpo de su excitada acompañante con el suyo, besandola con suprema dulzura, acariciándola como el roce de las plumas, haciéndole el amor, entregándole su corazón. Entonces la sombra del recuerdo lo empañó todo por un segundo y las lágrimas acudieron prestas a la llamada.

Pero se las tragó. Le había prometido que no lloraría, que simplemente la recordaría con amor.

Intentando olvidar esto, Dante acabó suspirando de placer dentro de Ellen, y apolló la cabeza sobre su pecho.

No podía engañarse. La hechaba de menos. Y ese reencuentro solo había reavivado una llama que el pensaba extinguida...

Ellen se percató de que algo le sucedia a Dante.
-¿Que pasa? -le dijo frunciendo el ceño.
Quizá no deberian...claro que no.
A fin de cuentas ella estaba "semicasada" y Joff podia volver en cualquier momento.
Y para acabar de empeorar la situación, parecia que de repente Dante se havia puesto triste.
-Si he echo algo que te a molestado... -le dijo con un susurro.

[Que misterioso es este hombre...XD Me encanta ]

Dante le sonrió con dulzura. El momento de tristeza había pasado. El amor volvió a florecer en su mirada.

-Lejanos recuerdos convergen en mi mente, se unen dispuestos a torturarme, no es tu culpa, es la mía. Tu me has hecho el pijo más feliz del planeta hoy... y no quiero que te vallas...¿Te quedarás conmigo?

-Ojalá algun dia pueda llegar a conocerlo todo de ti -le dijo con dulzura.
Cuando escuchó la pregunta de Dante su rostro se volvió serio.
La realidad la golpeó duramente.
Se separó de el, despacio y se incorporó en el colchón.
-No se si me quedaré mucho -le dijo mordiendose el labio inferior- Creo que Joff quiere combertir la mansion en un burdel o algo asi...

Dante se quedó pálido.

-Joff? que pinta él, además, si te vas, esta vez iré contigo, no conseguiras escaparte esta vez..., no lo harás, verdad?

Ellen se giró furiosa.
-¿Escapar? ¿Crees que me escapé?
Se levantó.
-Tu no tienes ni idea...-se acarició una cicatriz que tenia cerca de los riñones (no se como se llama la zona esa donde te sacan un niño por cesarea...T_T)- No sabes todo lo que he pasado estos dos años.
Movió la cabeza negativamente y se dejó caer en el colchón otra vez.
-Lo siento... -suspiró.
Acarició la mejilla de Dante tiernamente.
El pudo notar el tacto frio de un anillo en su dedo anular...
-Te juro que nada me gustaria mas que quedarme junto a ti para siempre pero...no creo que pueda ser. En cuanto Joff regrese creo que nos mudaremos a algun lado...Joff querrá comprar una mansión en algun sitio...a fin de cuentas ahora soy...bueno...es rico.