Mansión Mon Charnaisse

Dante se puso la manga tapándole la boca y rió suavemente.

-La bolsa

SU pistola apuntaba directamente al pecho de la chica, lista para disparar de nuevo.

-Vamos, dispara.

Le gritó.

-Dispara.

Dante apretó el gatillo y una banderita salió de la pistola impactando en el pecho de la chica.

-Bang bang nena

La joven dramatizó como si la hubieran disparado de verdad.

-Oh, Dante.-le decía mientras acariciaba su rostro.-Me has hecho tan feliz ..

Dante tiró la pistola a un lado y atrajo a Aphrodite besándo sus dulces labios.

-¿Feliz, por qué?

Aphrodite dejó que Dante la besara.

-Tenemos que entrenar, no besuquearnos como adolescentes.-le revolvió el pelo.-¿Combate cuerpo a cuerpo?

Dante asintió y cogió el cuchillo saltando lejos de la chica.

-La victoria concede beneficios...

Lucharon durante horas, hasta acabar hambrientos, sedientos y sobre todo sudorosos.

-Soy mejor que tú.-le decía burlonamente.

-Ugh, voy a ducharme.-y se fue directa al baño, pero, se paró.-¿Vienes conmigo?

Dante se apartó el pelo hacia arriba como solía hacer para que no le cayera sobre los ojos y la siguió sonriente hacia la habitación en el subsuelo.

Cuando bajaron, Aphrodite vió una enorme bañera incrustada en el suelo, que el día anterior no había contemplado, pués estaba oculta tras unas mesas.

Dante pisó una losa y la bañera comenzó a llenarse de agua caliente, que enseguida templó el ambiente.

-¿Te apetece?

-Depende de lo que vayas a hacer.. ¿Nos vamos a bañar juntos, vas a ver como me baño o me vas a bañar tú?-le preguntó pestañeando de forma exagerada mientras empezaba a desnudarse.

Dante se hizo el ofendido.

-Voy a bañarte, por supuesto. Es mi obligación mimarte y cuidarte mientras me quieras

Aphrodite le ronroneó.

-Pero, ¿qué ocurriría si yo quisiera que te bañaras conmigo?-le preguntó con carita de corderito.

Fue acercandose a él, despacio. Sus labios se rozaban. Aphrodite, en ropa interior sentó a Dante encima del inodoro, y encima de él, ella. Le besó apasionadamente, una y otra vez.

Dante se dejó conducir hasta el inodoro y respondió a los besos de la chica.

-Creo que tienes pensado algo diferente a bañarse para esta vez...

-Oh.-dijo.

Aphrodite notó algo bajo ella.

-Comprendo.-rió

Pero siguió besandole.

Dante acarició la desnuda espalda de la chica y siguió besándola.

-Exacto...

Tras grandes preambulos y un relajante, y por qué no, excitante baño, ambos yacían en aquel lecho rojo. Después durmieron, abrazados, felices de que ambos estuvieran juntos de nuevo.

Pasaron unos tres meses así, entrenandose y amandose, equitativamente.

Hasta que una mañana, Aphrodite se despertó con náuseas.

-Dante.-lo llamó.-Dante, ven.

Dante pasó los tres meses más felices de su vida, y aún quedaban sorpresas por llegar.

CUando fué corriendo hacia Aphrodite, ella quería decirle algo, algo importante...

-Oh Dante, Dante.-le decía con la cabeza apoyada en el inodoro.-No me encuentro muy bien.

Y vomitó.

Dante le sujetó la cabeza, acariciando su nuca sudorosa. Cuando acabó, le pasó una toalla, limpiándola y le dió un vaso de agua.

-Quizás has pillado algún virus...

-Oh..-suspiró.

Y volvió a vomitar.

-Creo que me instalaré aquí.-le dijo con una pequeña sonrisa.-¿Conoces a algún médico?

Dante asintió y tomó su movil, avisando al Dr Jamon(Yeimon XD), el médico privado del chico, que vendría en quince minutos...

Al acabar de obcultarla el doctor se dirigió a Dante.

-Sr Mon Charnaisse...esta mujer...está embarazada de tres meses, al menos

Aphrodite seguía tumbada, ajena a lo que hablaban Dante y el doctor. Al cabo de un rato cuando el doctor se marchó llamó al joven.

-Daaaaaaante, Daaaaaaaaaante.-gritó

Dante corrió, casi tropezándose con todo, hacia la berreante chica, tirándose a su lado con cara de preocupación, y una muda pregunta en sus ojos

-Ay, no pongas esa cara.-le decía mientras acariciaba los labios de Dante.-¿Qué dijo el médico?

Aphrodite sólo pensaba en lo que había dicho Dante, un virus, no se imaginaba que ese virus no fuera un virus en sí, pero durante nueve meses se comportaría como un pequeño y adorable parásito dentro de ella.

Dante compuso su cara con una enormísima y brillante sonrisa y se lo dijo.

-Llevas dentro un hijo mio