Capítulo 1º La morada del Neutral

Noche, ignorando que Deyndra estaría dentro, y tampoco dándole demasiada importancia en caso de que estubiera, entró en la sala de invocaciones y retiró el enorme mantel de piel roja que había sobre el espejo.

Virtió un chorro de agua en la lisa superficie y alzó las manos.


-Lilith-ordenó.


Ante sus ojos se materializó lo que sería una versión femenina de si mismo, solo que al contrario que la faz inexpresiva de Noche, la cara de Lilith expresaba una plena y chocante lujuria en su bello rostro.


Puso la mano en la cadera y se secó el supuesto sudor de la frente, marcando los pechos en el ajustado traje y miró sonriente a Noche.

-Hacía mucho que no me llamábais, Lord Noche, ¿esque acaso vuestra prima no os satisface?-encontes se fijó en la Diosa que miraba furiosa la escena-¿Y esa tia?...Nocheee, no me digas que has vuelto a...

Pero su boca se vió sellada por la mano de Noche, que la agarró y tiró de ella hasta sacarla de la sala...

Deyndra viendo la escena, furiosa se acercó elegantemente a ellos.

Agarró a Lilith por la muñeca y la absorvió, sabiendo perfectamente que aquello acarrearía obedecer a Noche, pero no podía hacer otra cosa allí.

Noche miró con los ojos desorbitados como la diosa absorvía a Lilith.

Y cuando ésta se arrodilló frente a él, noche la levantó bruscamente del brazo y gritó a su interior.

-¡PEQUEÑA IDIOTA, ¿POR QUË COÑO TE DEJAS ABSORVER?!

Pero luego la soltó y pensó en las consecuencias...

Estubo debatiendo consigo mismo unas horas, pero al final se dirigió a la Diosa.

-Devuélveme a Eternia y vete de aquí


Noche sabía que la estaba poniendo en libertad, pero ahora el equilibrio se había roto sin Lilith, y con él ahí vigilando a la Diosa no se restablecería...

Deyndra chasqueó los dedos y volvió a aparecer ante Noche, pero, lo que él no sabía era que jamás volvería a ser la misma.

-A sus órdenes mi señor.-se carcajeó y se esfumó de aquel lugar.

En menos que canta un gallo la diosa arrasó todo Alâren, tierras baldías, terrorismo, envidia, furia, todo el mal de Deyndra se centró en aquel lugar y no había nadie para detenerla.

Todos los habitantes de Alâren, excepto Noche sucumbieron a su poder y su voluntad.

Noche esperó a que la mujer desapareciera para depositar a Eternia cariñosamente en el suelo y mirar el espejo.

Vislumbró como todo por lo que había luchado se destruía en apenas unos segundos.

Pero él había tomado precauciones. Sus seres queridos no estaban en Alâren, y la Diosa había absorvido a Satán, así que todo seguiría el rumbo previsto.


Para forjar un nuevo mundo, primero hay que quemar el anterior, de cuyas cenizas nacerá el nuevo.


Cuando todos y cada uno de los pasajes de Alâren estubieron tan desolados como el Desierto negro, cuando todos los seres que no habían muerto estaban bajo la voluntad de la Diosa, ellos surgieron.


Sombras de sombras, luces de las hogueras, una tremenda fuerza que se abalanzó sobre la Diosa, atrapándola, obligándola a absorverla por completo, solo que esta espiral de energía nunca acabaría.

La fuerza la llevó hasta el centro de Alâren, apagado hacía cientos de años, y volvió a encenderlo, usando a la diosa como catalizador, fundiendo la roca, probocando erupciones.

A los pocos días, todo Alâren fué una masa cambiante de fuego y piedra.

Entonces, los dioses acuaron.

Usando su poder, volvieron a hacerlo todo tal y como era, colocando los mismos seres, como si nada hubiera pasado, moldeando casas y montañas, restableciendo el equilibrio.

En el momento en que todo volvió a su sitio, la energía que sujetaba a la diosa se esfumó, dejándola completamente sola y con sus poderes altamente reducidos en el interior de un enorme agujero esférico de piedra en total oscuridad.


Solo su mente se había mantenido poderosa... aún podría usar sus pensamientos para catapultarlos lejos y llamar a su verdadera corte, que muy probablemente llegarían y arrasarían por ella ese detestable planeta, y matarían al maldito Noche, que lo había previsto todo y lo habia probocado tambien.



En esos mismos momentos, Noche salía de la morada, extallando esta tras él, alejádose el meteorito con sus habitantes lejos, muy lejos, acompañándole Eternia, a quien los Dioses habían dotado de una nueva consciencia, borrando todos los hechos pasados en el planeta de la Diosa...


Todo estaba en orden.¿O no? Algo en el corazón, le decía a Noche que se había equivocado...pero ya nunca sabría por que....al menos eso es lo que piensa.



FIN DEL PRIMER CAPÍTULO