Cap 3º La espiral

Apareció un haz de luz y en el Deyndra. Sin mirar a Noche cogió a su hija en brazos y se la llevó.

-¿Tienes hambre cariño?-le preeguntaba mientras le acariciaba la cabeza a Coralia

Noche se quedó sentado en la cama, sintiéndose espectador de tal acto de cariño, como si de un sueño se tratase, observando la escena, sin atreverse a intervenir.

Si era un sueño, no valía la pena seguir adelante, pues el despertar sería lugo el doble de doloroso.

Pero...y si era cierto...

-Mami mami mami mami ese hombre no es mi padre, ¿a qué no?-le decía señalando a Noche.-Es feo y no es viejo.

Deyndra rió.

-Yo tampoco soy vieja y soy tu madre.

-Pero..

-Chiisst.-le cortó.-Él es tu padre, lo que pasa que es ha cambiado, pero antes era un poco más mayor.-se acercó a su oído.-Y más guapo que ahora.-le susuró a su hija.

Ambas rieron.

Noche alzó la ceja derecha, gesto que conservaba de su antigua persona.

-Oye...¿Qué os hace tanta gracia?-salió de la cama y se dirigió hacia ellas vestido con dos prendas de seda negra que se confundían con el medio oscuro del castillo.

-Si no os gusta mi aspecto, allá vosotras, porque a mi me encanta-por el tono de voz, ella supo que era cierto.

Dioses, era tan parecido a su noche, simplemente, no tenía esa manía de sacar punta a todo y salir siempre ganando. Quizás, hasta podía considerarse mono.

-Sin envargo-la voz de Noche se fué haciendo grave, como antes, a cada paso-podéis verme como era antes...

Cuando llegó frente a ellas, se encontraron con el antiguo Noche, con su sonrisa triunfal, sus pupilas levemente afiladas y sus cabellos largos y levemente ondulados.

-¿Mejor?-dijo abriendo los brazos

Deyndra se encogió de hombros y siguió caminando con su hija en brazos.

-Bah-soltó noche volviendo a su estado adolescente.

Siguió sigilosamente a las dos chicas hasta su abandonada cocina y vió como la madre preparaba la cena a la hija...

Deyndra se dirigió hacia Noche.

-¿Te importa?

-Deberías saberlo


Estúpido, gritó su mente, Estúpido, engreído, maldito,¿Qué haces? es ella, dile que la quieres, no seas perro, maldito bastardo hijo de mala rata...

Hasta su mente le insultaba...

-Perdona...solo, yo necesito saber por qué estás aqui tu...

La cabeza de Noche se mantuvo mirando hacia Deyndra en todo momento. Necesitaba saberlo, necesitaba saber si podía hacerse ilusiones, o si el daño causado era demasiado grande...

La había rechazado cuando acudió a él, y aunque luego la buscó, probocando ésto su muerte, eso no cambiaba nada...

-Coralia necesitaba verte, necesitaba ver a su padre. Así que aquí nos tienes.-la evidencia lo decía todo.-Obviamente no la iba a dejar sola contigo, ahora eres un crío.

Se dispuso a prepararle algo a su pequeña.

-Eres feo y no viejo.-miró a su madre.-Mami, ¿seguro que es mi padre?

Noche sonrió ante la franqueza de la niña, aunque no se consideraba feo.

-¿Soy su padre?

-Sin duda alguna. ¿La has mirado bien? Tiene tu genio y tus ojos.

Deyndra miró pensativa a Noche.

-¿Podemos quedarnos? Coralia esta cansada.-le preguntó mientras arrebujaba a su pequeña

Los ojos de Noche se mojaron levemente, e hizo un gesto limpiándoselas con la manga.

-Quedaros, para siempre...

-¿Aquí?-preguntó la diosa enarcando una ceja.-Esto esta que da asco, Noche.

Noche frunció los labios y se dió la vuelta enfurruñado...a el le gustaba su asqueroso castillo...aunque tubiera mas agujeros que un queso grouller o como sea que se escriba.

Se dirigió hacia su habitacion rascandose un ojo, pero a medio camino dió la vuelta y se dirigió a la niñita.

-Buenas noches incredula niñita, dulces sueños azucarados

-Oh gran señor y .. bueno, ¿dónde dormiremos nosotras?-le preguntó

Donde gustéis, el castillo es tan vuestro como mío


Noche estaba siendo un inutil....Lo sabía........PUTA ADOLESCENCIA, pensó

-No estoy para bromitas Noche. Mi hija es pequeña y necesita descansar debidamente, tú verás.-le dijo Deyndra desdeñosa

Noche se apolló en una pared un le dió un fuerte cabezazo.

Cuando se giró un hilillo de sangre, delgado, sin importancia le bajaba por la frente.

-Lo siento, sigueme

Guíó a las diosas a una ostentosa habitación con cama de matrimonio y ventanas cerradas, con una temperatura agradable y una capanilla sobre la mesilla.

-Si me necesitáis, yo...-Y no supo que decir en esa situación.

Sin decir nada mas, se dió la vuelta y, esta vez si, fué hacia la habitación, o lo que quedaba de ella, en que se alojaba normalmente.

Deyndra hizo sonar la campanilla, insistente.

Noche, vestido con un pijama de terciopelo negro y un gorro de dormir, también negro, pero con una medialuna roja en vez de la borla, con ojitos de sueño, apareció por la puerta.

-Dime....

-Túmbate ahí.-le dijo señalando el la libre.-Aquí hace un poco frío y Coralia necesita esta arropada.-explicó dulcemente