Las clases...¡Qué espanto!

Dante tenía 15 años cuando todo esto sucedió.

Se desarrolla en un instituto de intercambio en Madrid, España, durante su viaje, donde Dante paró un tiempo, disfrutando de una tierna amistad...



Dante andaba por la transitada calle tirando de la pesada mochila al hombro. Que espanto, esa semana había sido horrenda.

Le habían puesto un 0 en el trabajo del romanticismo francés, por poner su opinion... estos españoles, eran de lo mas extraños.


Encima, Sarhah(una marionetaxd) se había roto, y no sabía como arreglarla...

Desde luego..ese no era su día.

Suerte que en una semana cumplía los 16 años.

Si, unos dias mas y seguiría su camino. Se preguntó a dónde iría esta vez¿Nueva York de nuevo, o quizás Roma? No lo sabía aún...

En eso iba dibagando, cuando de refilón, vió a una chica de extraño pelo medio castaño medio pelirrojo, no sabría decir tirando a cual, que pasaba a su lado.

Tendría su edad o poco mas, y vestía un uniforme igual que el suyo, pero femenino...

Dante giró la cabeza observándolo.

Falda bastante corta negra con cuadros verde oscuros, camisa blanca remetida en la falda, cubierta por un jersey azulado. Llevaba unas medias oscuras y unos mocasines negros.


-Hump-gruñó Dante pensando que sería de otro colegio.

En el suyo solo había chicos.

Caminó un rato más calle arriba hasta llegar al lycee de intecambio Marie Curie, donde se hospedaba ese año.

Giró rápidamente la esquina y se coló por el muro lateral(era interno y encima estaba de pellas XD) callendo detrás de los abundantes setos.

Rápido, corrió hacia la ventana de su cuarto, que quedaba a ras del suelo y se coló dentro.

Tiró la mochila al suelo y se introdujo en la cama justo a tiempo de que alguien llamaba a su habitación. Escondido detrás del libro de Matematiques, Dante dió el adelante(¬¬) con voz de enfermo.

Su tutora, la señora Diéguez entró en el cuarto con su corto pelo blanco y sus profundos ojos castaños.

-¿Cómo estás hoy, Dante?-Preguntó con el fraternalista tono de siempre.


-Psé-simplemente respondió el joven.

La maestra, algo preocupada por la falta de interés de su alumno, decidió pasar a los negocios directamente.

-Dante-su voz se tornó autoritaria-tengo algo que anunciarte-Al ver que el chico bajaba en libro comenzó con la noticia-Tenemos una nueva huesped en la casa... es una chica, si, no pongas esa cara-se apresuró al ver la cara de asombor de Dante, no podía ser que...- Es la primera alumna que solicita entrada en el Lycee, y ha pedido que la traten como a cualquier alumno, así que, la dirección ha decidido, que como sus padres son franceses y conocian a los tuyos, que esté en esta misma habitación


Dante flipaba por dentro. Po fuera su expresión era tan fría como siempre.

-Hmp¿Cuándo vendrá?

La señorita sonrió abriendo mas la puerta.

-Ya está aquí^^

Tras la puerta de su habitación, se hayaba la chica de antes... y le miraba desafiante. A ÉL. Jajjajaja, sería dibertido.

DAnte salió de la cama sin importar que la Sra Diéguez observara que iba completamente vestido a su manera, ignorando el uniforme. Pantalones vaqueros, camisa negra y corbata roja, bastante abierta, la verdad, y sonrió.

-Bienvenida, espero que tu estancia sea agradable-bajo sus palabras yacía una amenaza que la Sra Diéguez no captó-Si me necesitas para algo, esa es mi cama

Aunque había dos literas, Dante había desmontado una y había juntado dos camas haciendo una doble, pues él pagaba lo suficente como para que le pusieran solo, como había pedido.

Quedaban las otras dos literas....

Eché un vistazo a aquella mugrosa habitación. ¿Compartirla con un chico? ¿Hormonado? No me hago responsable de lo que le pueda pasaar, ni a él ni a su virilidad.

-Oh, merci beaucoup mademoiselle Diégues.- dije con una falsa sonrisa.

-Si necesitais algo ya sabeis chicos.

En cuando la puerta se cerró pude respirar profundamente.

-Tú, ni me mires, ni me hables y si es posible ni respires.

Dante sonrió y se volvió a su cama.

-Como guste la señorita princesa

Y se decidió a ignorarla por completo.

Sacó su cuaderno oxford y comenzó a escribir versos sin sentido ni métrica alguna, como si de simples trazos aleatorios se tratasen, sin importarle lo que saliera ni porqué.

Simplemente fluía, de su cabeza a su brazo, y de ahí a la mano y al papel.

Se pasó así todo lo que quedaba de tarde, hasta que dieron las nueve y la mujer que le llevaba la cena a Dante, le pasó la bandeja y se fué.


Dante supuso que su nueva compañera de cuarto preferiría comer en el comedor principal con los demás,o que no se había percatado de este detalle por lo que no había pedido a la Sra Diéguez que le llevaran las comidas a la habitación.

Pero eso a él le daba lo mismo, lo importante era lo importante.

Esa noche, tenía una cita a la que no faltaría.

Después de colocar cada camisa, camiseta, patalón y otros efectos personales, cogió su prenda preferida y se adentró en el baño. A los pocos minutos apareció con aquel mono negro de cuero y con el pelo suelto.

-Tú, si preguntan por mi estoy en el baño.

Abrió la ventana y salió.

-Y no cierres la ventana.

Fue caminando por aquella concurrida ciudad.

-¿Las once aún?.-pensó mientras la gente la observaba, como siempre que se ponía aquel traje.

Esa noche se embolsaría una buena cantidad de dinero.

Dante ignoró a la chica, aunque sabía perfectamente que nadie entratía. Nadie entraba en su habitación después de la cena, si sabía lo que le convenía.


Cuando la nueva se hubo ido, Dante dejó la libreta en el cajó de su mesilla de noche y abrió su armario.

De entre todas las lujosas y vistosas prendas que contenía, Dante simplemente cojió el abrigo oscuro largo y los guantes de cuero negro. Se abotonó la camisa y se colocó un poco la corbata. Con eso valdría.

Cojió un bultito del armario y su pluma estilográfica(con truco jeje) para, acto seguido, saltar por la ventana que había sobre su cama.

Silenciosamente, se acercó a los setos y saltó la pétrea pared que separaba el internado del exterior de la ciudad, observando que nadie le miraba.

Enfilado los callejones cercanos, pronto salió a la plaza del palacio de comunicaciones, giró a la derecha y se dirigió al retiro, donde esa noche se reuniría con un enviado de Alexei, su "custodio" y le daría el paquete que llevaba bajo el brazo, lo que le traería una buena paga extra.

-Unos años mas y Alexei se arrepentirá de hacerme trabajar- pensó algo enfurruñado

Pero en realidad no le molestaba, al menos en esta ocasión. El Retiro valía la pena...

Siempre acababa ensangrentada, y daba gracias a aquellas deidades que la protegian que no fuera suya. Entrtó por la ventana, se duchó y como una buena chica se puso su camisón.

-¿Dónde coño .. ?-.pensó refiriendose a su compañero.

Se oyó un rugido, eran sus tripas. Así pues bajó a las cocinas a ver si le daban de comer.

Con el estómago bien lleno abrió su cama dejó una pequeña lamparita encendida y se dispuso a dormir plácidamente.

A la mañana siguiente, Dante despertó en medio de la hierba de una ladera del Retiro... El muy estúpido que había quedado dormido, con el frío que hacía.

Se levantó algo dolorido y con el cuerpo frío.

-Ahora si que me voy a constipar-pensó

Sin tomarse mucho tiempo para despertarse, el chico salió del retiro y volvió al internado.
Sorbiendo mocos saltó la ventana y calló al lado de su cama.

Sin prestar atenció a ésta, se desnudó y tiró la ropa sobre la cama llendo directamente al baño donde tenía algo de ropa tambien.


Se ducho y obervó cierta cantidad de jabones extraños que decidió no tocar, no fueran veneno o algo peor. Nunca se sabía.

Se puso el uniforme, formado por un pantalon negro, una camisa blanca con corbata negra y una chaqueta y salió del baño con el pelo algo alborotado y aún mojado.

Entonces...

El ruido la despertó y lo vió.

-Buenos días.- se desperezó y salió de la cama, no sin antes ponerse bien el camisón para no enseñar más de lo que debía.-¿El baño esta libre?

Dante asintió con la cabeza, mirándose al espejo que colgaba de la pared arreglándose la corbata.

Cuando estubo listo subió a la primera clase. Ya se había saltado el desayuno, tendría que darse prisa para no lelgar tarde a Arte.


Durante la clase, pintaron al óleo un paisaje que la profesora mostraba en un proyector, todo azul y marron. Un soberano aburrimiento.

Así pasó la mañana, hasta la hora del descanso de las 11. Las tres siguientes clases, matemáticas, C.P.M.C. y química se las saltaría y iría a dar un paseo por el centro.


Dejando los libros en su cuarto, encima de su cama, pilló un pequeño block de notas y volvió al patio.

Directamente salió por la puerta principal, sin importarle si alguien le veía, y se dirigió hacia plaza españa, donde una compañera le había enseñado un mirador interesante.

Caminó 20 minutos, y llegó al mirador, que dominaba una grán extensión del centro de Madrid, se sentó en un banco de madera y se puso a observar la viva ciudad.


Al rato comenzó a dibujar el paisaje con un lápiz...

Se cambió rápidamente, menuda dormilona estaba hecha, ya llegaba tarde.

Su horario la llevó de clase en clase, lo único que hacía era sentarte, cruzar las piernas y escuchar.

-¡Menuda tarea más ardua me espera!.-dijo entre dientes

Malcomió en aquel atestado comedor y se prometió a si misma no volver a entrar allí.

Se encaminó al despacho de la Señorita Diéguez, ya que la estaba esperando.

-Bonjour.-dijo al entrar.

Estuvieron hablando largo y tendido sobre si le gustaba o no el lycée; cuando terminó se dió cuenta de que era viernes y la juventud española quizás saldría a hacer de las suyas. Necesitaba provisiones si quería sobrevivir allí.

Se vistió con un ajustados pantalones, y una camiseta que dejaba ver más de lo que ella se esperaba, cogió su cazadora y saltó por la ventana.

Cuando el sol comenzaba a caer, Dante decidió volver al internado. Esa noche le gustaría dormir en su cama.

Sin mucha prisa, deshizo lo andado observando a las multitudes de jóvenes que iban de un lado a otro, juntandose en la enorme plaza una grán multitud de góticos, emos y bastante gente que los españoles denominaban "Frikis".

Dante saludó a un par de grupos que conocía, pero no se paró a hablar con nadie, directamente subió la cuesta que le lelvó a Sol y callejeó hasta llegar al internado.

Al colarse en la habitación, se dió cuenta que su compañera no estaba y se preguntó donde habría ido.

Bueno, no es que le importase demasiado, pero... bah, que mas daría.

Se quitó la ropa, se puso el pantalón del pijama y cerró la ventana poniéndole el seguro por dentro.

Sin muchas ganas se dirigió a la televisión de plasma con Dvd integrado que él había comprado y que estaba dispuesta frente a su cama y se puso a ver Moulin Rouge, la pelicula que había puesta en el aparato desde hacía semanas...

Demasiados cócteles, demasiada gente. Aphrodite volvió al internado bastante mareada. Subió hasta la ventana y la vió cerrada. Menudo imbécil. Vió luz, por lo menos estaba allí, se pusó a darle golpes en la ventana ..

Dante giró la cabeza haci la ventana, pues alguien estaba golpeándola.

Leantó el pestillo y la ventana se subió sola por el sistema de muelles dejándole paso a la chica, vestida algo extraña y con cara de borracha, para que pudiera entrar en la habitación.

Dante sin dirigirle ni una palabra, siguió tumbado en su cama viendo la pelicula...

Empezaba a entrarle sueño...

-¿Cómo eres tan sumamente imbécil? ¡Agh! ¡Podrían haberme pillado, estúpido!-le gritó.

De repente fue corriendo al baño y cerró la puerta, no salió hasta que se recuperó.

Dante la miró inexpresivo cuando la chica salió del baño, con mejor cara.

Debía de haberse pasado con el alcohol...

-Si haces cosas que la sociedad no ve como correctas te arriesgas a que te pillen y te juzguen


Volviendo a ignorar a la chica Dante cambió de posición, estirándose hasta los pues de la cama, acercándose así más a la televisión...

-Pero tío, ¿de qué vas? Si no estoy en la habitación y la maldita ventana esta abierta déjala así.- su paciencia iba menguando.-Ten en cuenta que esta me la pagas. Y sacó su dvd pórtatil y se pusó a ver la trilogía de Resident Evil, no sin antes carcajearse de aquel rarito que estaba viendo una película para nenas.

Dante no le dió importancia a las palabras de una borracha y siguió a lo suyo.

Cuando acabó la película, se dispuso a hacer pesas un rato, pero recordó que las había dejado en Chienz wu.

Maldiciendo cojió un mando de su xbox 360 y pulsó el botón central, encendiéndo la consola y poniendo el canal adecuado en la enorme pantalla comenzaron a verse los primeros brillos de la presentación del Gears of war 2.

A Dante ese juego no le llamaba la atención, especialmente, sin envargo, un amigo le aseguro que no llegaría a pasárselo jamas, y Dante había decidido contradecirle.

Los tiros y explosiones probablemente se oyeran fuera, pero no le importó lo más mínimo.


Por las ventanas abiertas entraba una suave y cálida brisa veraniega, por lo que no hacía falta encender el aire acondicionado...

Harta ya se levantó y de un sólo tirón apagó la televisión y la xbox.

-Es hora de dormir.-y se metió en su cama, riendose de la cara de su compañero.

Esa tia...acababa de...

La sangre de Dante comenzó a subir a su cabeza mostrandose en un obio sonrojo, pero respiró profundamente y fué como si su enfado se escapara por su maquiavélica sonrisa.

-Dulces sueños, princesa-Dijo, en tono burlón.

Se quitó el pantalón del pijama y se metió en su cama sin parar de reirse entre dientes, muy bajo.

Al final no pudo resistirse y se carcajeó un rato, para luego callarse y girarse en dirección contraria a la chica, con la felicidad pintada en la cara.

Pulsó un botón y la electricidad en la sala se cortó, hasta el día siguiente, cayendo suavemente las ventanas(que pesan unas cuantas toneladas y tiene cristal blindado) chapadas en madera antigua y la puerta se cerró con un chasquido...

-¿Aún no es de día?-preguntó alzando la voz, pero nadie le contestó. Así que le tiró una de sus zapatillas.-¡Tú, despierta pringao!.

Dante hundió la cabeza en la almohada el momento antes de que la zapatilla le golpeara llendo esta a parar contra la pared de enfrente.

-Vive tu vida, cómprate despertador...-dijo Dante desde el interior de la almohada, sonando su voz mas suave que de costumbre.

Sin decir nada más, se hundió en la manta se la enrrolló alrededor y se volvió a acostar.

Bastante enfadada se levantó y le enseñó el despertador.

-¡SON LAS 2 DE LA TARDE JODER! ¡DEJA DE DORMIR!

Si gritando no le hacía caso entonces pasaría al plan B.

La cria se ponía pesada.

Dante a sus 15 años, aunque no lo pareciera, era mucho mas madura y paciente que la media de chabales de su edad, y que muchos mas mayores.

Chasquendo la lengua con un poco de enojo, dejó en la cama la manta y se dirigió al baño(en cueros señores, que es su habitacion XD) con intención de bañarse en la enorme bañera(tipico yakuzzyXD grandote) que había al lado de la ducha, cojiendo una sudadera blanca con capucha y unos pantalones deportivos blancos tambien...

-¿A dónde vas?

Cuando Dante acabó de bañarse la chica le preguntó a donde iba.

-A tocar el chelo-respondió este algo indiferente señalando un estuche parecido a los de guitarra pero mas grande.

Dante cojió el estuche y se dispuso a irse, esta vez por la puerta, que hacía horas que se había abierto...