Las clases...¡Qué espanto!

Al notar la ignoración Aphrodite le tiró el vaso de agua de la mesita. El joven despertó sobresaltado.

-Te lo repetiré.-su tono era severo.-No dejaré que duermas hasta que lo digas.

Dante miró a la chica cabreado.

-Si quieres escucharlo déjame en paz y vive tu noche lejos de los vasos de agua

Dicho esto se levantó, se quitó el pijama y fué al baño, donde abrió el grifo y se metió en la bañera dispuesto a dormir en ella, con el agua calentita....

Suspiró y entró al baño.

-No, no miro.-decía con los ojos cerrados y tapados con su mano.-Uhm ...-hizo una pausa.-¿Me perdonas?

Dante suspiró de nuevo.

-No fué nada, no le des más importancia...siento haberte dicho eso...

Se enfadó. Él siempre tenía que tener el punto y final de todo.

Salió del baño, dando un portazo y se metió en su cama enfurruñada.

Dante cerró los ojos y olvidó.

Olvidó las molestias, el dolor, la necesidad, lo olvidó todo entre sus tibios sueños de aguas igualmente tibias, pero la chica siguió...no la entendía nada...

Aphrodite dió gracias a Dios porque ese día no tenía que ir a clase. Se despertó tarde, asíque para terminar de despejarse fue a darse un relanjante baño.

Se vistió, pero con un camisón negro de seda, y al ver a Dante dormir plácidamente en su cama se metió en ella con él. Una vez dentro le besó en la comisura de los labios.

-Buenos días pequeño.-le susurró acariciandole el pelo.

Y se recostó sobre su pecho desnudo, abrazandolo y dejandose llevar por un repentino sueño.

Dante sintió que le besaban, y que alguien se dormía sobre su pecho.

Abrió un ojo mirándo furtivamente, y vió la rojimarronada cabellera. La acarició con la mano, pasándola suavemente por toda su longitud.

El aliento de Aphrodite rozaba cálidamente su cuello, y su acompasada respiración parecía cronometrada con la de Dante.

El chico suspiró.

-Las estrellas han perdido su brillo ahora que tu luces para mí-Susurró, de modo que solo ellos dos pudieran oirlo.

Pasó el brazo alrededor de la chica y la abrazó, cerrando de nuevo los ojos...

Aphrodite despertó, y al ver que Dante seguía sumido en ese sueño tan profundo le pellizco en el culo. Emepzó a reírse como una auténtica psicópata y volvió a hacerse la dormida.

Dante abrió los ojos y miró fijamente a Aphrodite.
Una sonrisa surgió de sus labios y le dió una sonora palmada en el trasero, haciéndose el dormido después.

-Cochino, marrano.-le susurró acariciando su torso con las yemas de los dedos.-Depravado.-mientras acariciaba sus labios.

Se levantó y dejóa Dante con la miel en los labios, con ganas.

Le mandó un beso al aire y se metió en el baño

Dante se puso los calzoncillos y la siguió dentro del baño.

Aphrodite estaba en ropa interior, como él, mostrando buena parte de su esbelto cuerpo.

Mirando a la chica comenzó a lavarse los dientes, las manos y la cara, como hacía todas las mañanas. Y cuando ella se distrajo, Dante comenzó a hacerle cosquillas en los desnudos costados

-¡Ay! ¡Ay!-gritaba y reía mientras intentaba apartarse de él.

Aphrodite se movía cual serpiente.

-¡Por dios!-jadeaba.-¡Paraaaaa!

Y ambos cayeron dentro de la bañera que Aphrodite había llenado.

Dante calló en la enorme bañera medio llena de agua, debajo de Aphrodite, pero no se hizo daño. estaba bien acolchada.

Dante comenzó a reir y se hechó jabon en las manos frotando la espalda de la chica. Total, la ropa interior ya estaba empapada, un poco de jabón no le haría ningún mal.

-Dante, ¿qué haces?-dijo volviendose hacia él, pero lo único que consiguió fue acercar su cara a la del chico.-Uno de los dos debería salirse, ¿lo sabes verdad?-le susurraba mientras se acercaba a su cuello...

Dante la miró fijamente.

-Eso sería lo correcto-comenzó a apartarse, pero al instante la rodeó por la cintura musitando-Era broma

Pasó un brazo por su cintura atrayéndola y otra en su barbilla bajándola.

Sus ojos se encontraron un solo segundo antes que sus labios.

Los cabellos de Aphrodite callero hacia delante, cubriendo y acariciando la cara del chico.

Sus lenguas se acariciaron, mezclando sus salivas.

La mano que la apretaba contra él por la cintura subió acariciando su espalda, parándose en cada vértebra.

En ese momento ella estaba arrodillada entre sus piernas, rodeándole el cuello con fuerza, pegándose a él todo lo posible.

Dante siguió besándola mientras su mano se deslizaba por el vientre de la chica subiendo hacia su pecho cubierto por la empapada ropa itnerior que dejaba notar su excitación.

Los acarició un rato para después volver a su espalda y desabrocharlo, tirándolo fuera de la bañera.

SUs labios migraron de su boca a sus hombros, mientras sus manos seguían acariciandola dulcemente.

Aphrodite se dejaba guiar por la extraña experiencia del chico.

La joven reía en voz baja, pero cada sonido procedente de su garganta hacía estremecer a su compañero, lo sabía y lo notaba.

-Dante..-murmuraba mientras respiraba y reía.-¿Qué haces? Esto esta mal...-decía mientras se dejaba ir por él.-No.. Dante no.-le susurraba mientras le mordía el lóbulo de la oreja izquierda.-Este sitio es un poco estrecho, aquí no..

Dante soltó una carcajada y besó dulcemente a la joven una vez más.

Entonces la cojió en brazos y la rodeó en una toalla, saliendo del baño, la tumbó en la cama y se tumbó a su lado, sujetándole la mano, mirándola fijamente a los ojos con una expresión de total autocontrol y felicidad que Aphrodite nunca había visto.

-Te quiero, pequeña-Susurró Dante acariciándole la cara con la yema del dedo índice.

-Uhm.-gimió la acalorada Aphrodite.-¿Sólo sabes hacer esto?-rió

Se incorporó en la cama y colocando su pierna entre las de Dante, boca abajo. Acercó su cara a la de él, sus labios se rozaban, sus alientos se entremezclaban..

-Dímelo.-le ordenó

Dante sopló colocándo en su sitio el mechón mojado que caía por su flequillo.

-Tendrás que enseñarme como hacerlo mejor

Cuando la chica se le acercó peligrosamente, algo se encendió dentro de Dante, chasqueando casi sonoramente en su cabeza y las palabras fluyeron.

-Que te lo diga, eso es lo que quieres, pues te lo diré. Te diré que me has robado la vista, que para los demás soy un ciego, que solo tu reflejas la luz para que mis ojos puedan ver. Te diré que mi piel ha perdido el sentido, que cuando toco a la gente parece como rozar el aire, y que solo si tu piel me roza vuelvo a sentir. Te diré que solo soy capaz de discernir el perfume de tu pelo entre todos los olores que el mundo me ofrece, y que solo tu cuerpo tiene sabor. Pero no te diré que te amo, porque se que tu no lo compartes...

Dicho esto Dante se levantó, poniéndose unos pantalones y se escabulló por al ventana, sin cambiar de expresión. El reflejo en los ojos de Aphrodite había sido suficiente para él...

Aphrodite conmocionada no supo hacer otra cosa que llorar.

Llorar durante toda su vida.

A la par que Dante se alejaba por la acera, un individuo de tez pálida y burlones ojos oscuros le miraron.

De nuevo la voz de su padre invadió su cabeza.

-Estúpido Dante, no vas a conseguir nada con esto, no evitarás que...


Un disparo resonó en la calle y Dante gritó de dolor.

La sangre manaba de su mano izquierda, donde un pequeño cuadrado metálico revelado por el agujero chisporroteó para apagarse.

-Se acabó todo-Dijo Dante-Hoy dejo de ser yo...


El chico se arrastra hasta una cabina telefónica y llama a su fiel criado.

En apenas unas horas, están en dirección New York.



Esta es la historia de como dos jóvenes perdieron lo que mas querían...

Aphrodite no sabía cuanto tiempo llevaba allí. Solo sabía que ella ya no era Aphrodite, que esa chica había muerto.

En medio de la oscuridad, otra oscuridad aún mayor decidió aparecer. Una oscuridad que ofrecía calma.

El hombre se detuvo a su lado y alzó su barbilla.

-Aphrodite, Aphrodite, él es un engendro, no puede causar más que dolor y eso ha hecho siempre, desde sus padres a Katrina, y ahora tu. ¿Has visto? Nada se puede esperar de esa clase de persona.

Aphrodite le dirigió una mirada llena de odio, maldiciendo cada una de las palabras del hombre, pero sin fuerzas para hablar.

-¿Y sabes que es lo más gracioso?-prosiguió el hombre- que él te ama más que a si mismo. Exacto, como lo oyes, acaba de reventar el transmisor que le aplicaba un antídoto al veneno que llevaba en su cuerpo, y sin él no vivirá mucho más, pero olvidémonos de él, y sus acciones estúpidas. Hoy he venido aquí a ofrecerte un trato.

Sin esperar la respuesta de Aphrodite, el hombre de oscuridad, como ella lo veía, comenzó a hablar en un tono impersonal, otra voz completamente diferente. De mujer esta vez.



-Te ofrezco otra vida, otra oportunidad para ser feliz. Lo olvidarás todo, todo el dolor, toda la amargura, quedarán relegados al olvido. Solo quedarás tú, la nueva, con una nueva vida que vivir. Y solo te pido que me permitas estar contigo...


La voz volvió a cambiar, esta vez a una que Aphrodie reconoció perfectamente.


-Porque a estas alturas él ya está muerto, intentando darte una vida sencilla, sin peligros, esto es lo que el querría para ti...

Aphrodite unió todas sus fuerzas y se levantó de la cama. Se dirigió a la penumbra y le escupió.

-Obligame.-le retó

Ella era una asesina, e iba armada, no tenía miedo porque no podía sentir ya nada.

Nomad sonrió y la oscuridad llenó los ojos de Aphrodite.

Sintió un fuerte dolor en la cabeza que la dejó inconsciente...y todos sus recuerdos se borraron.

La última que vieron a Aphrodite fué cuando un extraño hombre de ropajes oscuras lo sacó por la puerta del Lycee Marie Curie, para desaparecer en las sombras de una ciudad extraña.