Las clases...¡Qué espanto!

-¡¿TÚ ERES GILIPOLLAS O QUÉ?!-le gritó al chico

Y lo siguiente que se oyó fue el sonoro choque de la mano de Aphrodite en la mejilla de Dante.

Después de esto Aphrodite llamó a un taxi y se marchó.

Dante se frotó la mejilla sonriente, pero decidió volver andando.

Tardó un par de horas, pero al final llegó.

Entró en la habitación, donde una malhumorada Aphrodite le miraba con rabia, metida en su cama.

DAnte le lanzó una sonrisa y se quitó la ropa, introduciéndose en la cama.

-Buenas noches niña

-Vete a la mierda, crío de mierda.-se incorporó.-¿Por qué?¿Por qué lo has hecho?¿Por qué?-le preguntó a Dante

Aquello no le gustaba.

Dante se giró y le habló mirándola fijamente. A veces parecía que su personalidad cambiaba radicalmente. Esa era una de esas veces.

-Porque uniste la necesidad de meter aire en tus pulmones con el deseo de probar el sabor de tus labios

-Tio, se te va la olla, ¿qué dices? ¿qué necesidad? ¡Me has besado sin mi consentimiento! Y vale, no parece algo muy grave, si al menos fueras de mi edad, pero eres un niño, sólo tienes quince años.-le dijo

Y se volvió de nuevo, dándole la espalda.

Dante sonrió.

-Te sonrojas demasiado para pensar en mi como en un niño

-Quizás no sea un sonrojamiento de vergüenza sino de ira.-y añadió.-Mañana voy a pedirle a la Señorita Diéguez que me cambie de cuarto.

E hizo como que se dormía.

-No creo que sea solo la ira lo que ahora esté fluyendo por tus venas-Dijo Dante.

Luego al ver que dormía se puso a cantar bajito una canción.

-Hay miedos que se acurrucan,
entre uno y otro escalón,
de la escalera que sube,
de tus sueños hacia el sol,
y te acechan,
y no dejan,
que elijas,
tu lugar,
No queda sino batirnos,
no queda sino luchar...

Aphrodite lo oyó.

-¡Cállate!-y le tiró algo que le dió a Dante

Aphrodite no sabría como explicar lo mucho que detestaba a ese chico, pero también le gustaba. Definitivamente no sabía que hacer, asíque se quedó allí en su cama acurrucada debajo de las mantas.

Algo golpeó a Dante en plena cara, no era muy duro, parecía una especie de manta o bufanda.

Au-el cómico sonido que se le escapó de los labios, hizo que él mismo sonriese.

Cojió la prenda y se levantó de la cama colocándosela por encima a Aphrodite.

Luego se sentó en el suelo, apollando el cuello en la cama. Oyendo su respiración, exalando su perfume.

La chica sentía un cosquilleo en la nuca y se dió la vuelta.

-¿Qué haces?

No se había dado cuenta pero los ojos de este le gustaban, le gustaban más de lo que debían.

-¿Y es divertido?-preguntó.-Enséñame.

Dante asintió.

Conmigo es sencillo, porque, si no te has fijado por la falta de luz, voy desnudo

Aphrodite, al oír eso se dió la vuelta.

-Muy bien. Cuando quieras hablar comigo que sea con algo de ropa, mientras tanto vuelve a tu cama.

Dante lanzó una carcajada y se caló un gorro de ella.

-Ya tengo algo de ropa. Hablemos

-Me refería a que te vistas de verdad, con pijama como la gente civilizada.

-Pues entonces deja mi espacio vital en paz y vete a tu cama.

Dante se quitó el gorro, y lo dejó pulcramente doblado sobre la mesilla de noche. Luego se puso un vaquero y la camiseta y se sentó en el alféizar.

-Duérmete, princesa-Dijo, sin desviar la mirada del cielo.

Cuando ella se durmiera saldría a dar un paseo...

-No sé dónde me verás tú la sangre real, pero yo no la veo.-suspiró

Se levantó de la cama y se acercó a él, despacio.

-¿Me vas a contar qué demonios te pasa? ¿eres bipolar?-le susurró riendose

Se fijó en la noche. Una noche tranquila con la luna en todo su esplendor. Veía algún que otro viandante pasar, pero nada más. Las farolas alumbraban las calles, pero, aún así se podía observar los pequeños callejones oscuros.

Dante sonrió mostrando los dientes.

-Simplemente, tengo mis momentos-susurró.-Y puede que tu sangre no sea azul, eso no es un punto a tu favor.-La miró fijamente, como si pudiera traspasar su alma, y desvelar sus sentimientos-Dime, ¿Te molesta que te besen sin tu permiso, o es que fueron demasiadas emociones por un día? - Su tono burlón denotó que la pregunta estaba hecha para quitar presión, no para aumentarla...

-¿Demasiadas emociones por un día?-rió Aphrodite-No fui yo quien se lanzó compra una pared de cristal.. Pero, ¿sabes? tranquilo, no le diré a nadie que te lanzaste a una dieciochoañera y que obviamente te rechazó.

Le acarició suavemente el pelo y volvió a su cama.

Dante la miró fijamente,como retándola.

-Así me gusta, una chica buena y educada, lo que se espera de ti

Esta vez su sonrisa si albergaba algo de malicia, no más que para intentar picar a la chica, pero malicia después de todo...

-Uhm-dijo.-Ya sabes pequeño, el que algo quiere debe trabajarselo.-y rió al captar el doble sentido

Se metió debajo de sus mantas, protegida de todo.

-Ay Dante, Dante, Dante.. -canturreó.-¡Oh! mañana tengo un trabajillo que hacer, por la noche. ¿Me cubrirás las espaldas y me dejarás la ventana abierta?